El branding no es para mí

Gestionar marcas, bien marcas profesionales, bien personales o corporativas, no es cuestión baladí. Vales tanto como el mercado aprecie tu marca y por mucho que se intente camuflar, eliminar o no hacer ruido con esa marca, esa siempre existe desde el mismo momento en que está en el mercado. El branding es una disciplina indispensable para los éxitos de la empresa, para cualquier empresa.   

El branding como función no es ni mas ni menos que la gestión que hace la marca o la empresa de su impacto en el mercado. Bajo esta definición, parece bastante fácil entender que esta disciplina no queda exenta por necesaria, de cualquier persona, marca u organización. Y comento esto pues con profesionales de cierta cultura empresarial, con empresas igualmente con cierto bagaje competitivo, ni si plantean lo contrario a lo expuesto, es decir, el branding es algo no negociable su utilidad o que se debe tener muy presente si se pretende tener cierto éxito en la comercialización de nuestras propuestas u ofertas.

Sin embargo, cuando te relacionas con profesionales o empresas de determinado perfil, ves como eso del branding no tiene un encaje definitivo en su forma de entender aspectos necesarios para la competitividad de sus acciones, esto quizás sea por la nomenclatura anglosajona del concepto que siempre distancia a ciertas marcas, pero sobre todo suele ser por su bajo nivel estratégico sobre qué hacer para ser competitivos. Desgraciadamente donde me encuentro esa frase que titula el contenido que comparto con vosotros, esa  del branding no es para mi empresa, es muy frecuente entre profesionales de bajo nivel empresarial y muy común entre el segmento de pymes, sobre todo en sectores tradicionales y poco digitalizados.

Una marca, persona u organización, existe desde el mismo momento que se incluye en cualquier mercado, este bien gestionada o no, se hagan acciones para esa gestión o no se haga nada porque no tiene interés para los dirigentes de esa marca. Es decir, el valor de una marca, su reputación e impacto en el mercado, existe independientemente de que los gestores de esa marca trabajen en ella o no, y esto es así porque todo eso, el valor, la reputación y el impacto no está en manos de la marca en sí misma, sino en la apreciación que de esta hace el cliente y el mercado en general. Por esto, trabajar el branding tampoco es garantía de tener una marca solvente, pues siempre que esta no conecte con los gustos y expectativas de los clientes, del mercado, pasará absolutamente indiferente ante los ojos de ese mercado y eso en el mejor de los casos, pues lo más habitual es que con un branding inadecuado los efectos sean un rechazo por parte de los clientes, no la indiferencia.

Sí, el branding es una función esencial en la que hay que trabajar, en la que es necesario invertir recursos y controlar en cualquier organización o persona que pretendan tener una marca solvente. Pymes, micropymes, aprendices, profesionales, senior, grandes corporaciones, ONG, cualquier persona o institución que tenga presencia y que desee obtener algo del mercado, necesita de la función del branding, pero de cualquiera sino de un branding eficiente y de impacto.

Gestionar una marca no es nada fácil, imagínense si además no hacemos nada, el único resultado posible es el rechazo por parte de cliente y mercado. El branding es una función que como he comentado en otras ocasiones, se fundamenta o se ha de trabajar de dentro de la persona o empresa para proyectar hacia el exterior, pero también tiene que ser capaz de captar que está pasando en el exterior para incorporarlo como valor a la empresa o la persona.

El branding, al igual que la belleza, siempre esta en el ojo de quien mira o experimente, por lo que no tiene demasiado interés hacer un branding que entendamos como eficiente, si este no tiene la repercusión esperada en el mercado. Los valores que defendamos, los comportamientos que realicemos como persona o empresa, nuestras opiniones, nuestra forma de entender el mundo, nuestra manera de atender a esos clientes, la manera de presentarnos, con quién nos aliemos, como nos impliquemos en cuestiones sociales y económicas, la manera de diseñar nuestras ofertas y para quienes las creemos, nuestra imagen, nuestra presencia en redes, la manera en cómo comuniquemos, etc. todo eso es el campo abonado para trabajar en el branding,  de todo eso dependerá el valor que el mercado nos otorgue, la reputación de nuestra marca entre nuestros clientes y gran parte de los resultados comerciales y empresariales que obtengamos. Sí, el branding y el esfuerzo que se haga en él, sí es para su empresa o para Usted y ay como no tenga siempre presente su branding.

@rafacera

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