La consultoría ha de ser obligatoriamente un servicio de valor para la empresa

El sector de la consultoría es un sector perjudicado a ojos de los clientes, por muy varias razones. En la actualidad la consultoría no se puede entender como se hacía hace unos años, en mi opinión tiene otros roles, otras funciones, debe tener una forma distinta de relacionarse con el cliente a como era lo adecuado antaño.

Hace muchos años que de una manera u otra ejerzo la función de consultor de empresas. He tenido la oportunidad de colaborar como esta figura en múltiples proyectos, en empresas diferentes, en sectores variopintos. Siempre fue vocacional esta profesión para mí, siempre me pareció muy interesante la posibilidad de poder ayudar a diversas organizaciones a conseguir sus objetivos en funciones dispares, con culturas de empresas muy diferentes. Creo que este gusto por la consultoría me viene de que en 1991 cuando realizaba mi primer máster en rrhh cayó en mis manos un libro titulado MANUAL DE CONSULTOR, de Thomas Greenbaum. Cuando lo leí captó toda mi atención sobre la profesión por lo que el autor defendía y como se debía actuar en ella. Me pareció la profesión más bella del mundo dentro del mundo de la empresa, lo tenía todo, variedad de proyecto, variedad de sectores en los incluirse y poder influir en la consecución de objetivos de las organizaciones, que más se podía pedir, lo tenía todo para mis ambiciones y sueños profesionales. Tanto fue así que mientras la gran mayoría de mis compañeros/as del master soñaban con ser responsables de rrhh, yo siempre dije que me quería dedicar a la consultoría de empresa, esto se confirmó cuando los profesiones y tutores del master me recomendaron ese camino por mi perfil y competencias. Mi primer empleo fue de consultor junior en una pequeña consultora, no podía ser de otra manera.

Pero la consultoría ha cambiado con respecto aquellas premisas de Greenbaum que siempre acepté como adecuadas y que defendí. La consultoría ha cambiado desde aquellas fechas del libro porque el mundo empresarial también lo ha hecho y aunque el sector ha sufrido un repunte en la contratación de servicios de consultoría, con él, también estamos viviendo en el sector el efecto de elementos nocivos para la actividad. Algunos de esos factores que han deteriorado la imagen y el impacto de esta función pueden ser:

  • El intrusismo. Creemos que cualquiera con cierta experiencia o/y con cierta formación está capacitado para dar un servicio de consultoría de calidad. Falso.
  • Guerras de precios. Somos los propios consultores o empresas de consultorías los que en muchos caso se hayan hecho presupuesto a la baja por quedarse con un proyecto, sobre todo cuando se trabaja en el sector público, aunque esto no es raro verlo en el privado.
  • Consultores vende humo. Son profesionales que no aportan valor para lo que se les contrata, pues el servicio que prestan es de baja calidad por deficiencia del consultor o porque no ha diseñado bien la actuación. Queja muy habitual de clientes, que no quieren ni oír hablar de consultoría pues dicen eso, que son vende humos
  • Sobreprecios. Es otro de los elementos que están deteriorando la imagen de la consultoría, lo mismo que hay guerra de precio por captar un proyecto, en otros caso los presupuestos que se aceptan por diversas razones esta sobreinflados. Insisto la razón de esto puede estar muchas causas, pero sobre todo en esas empresas de cuestión que trabajan con estructuras de junior, asesor, senior, manager de proyecto etc. ofrecen presupuestos que no se corresponden en mi opinión con el trabajo realizado.
  • El cliente en la mayoría de las ocasiones es incapaz de discernir si un trabajo de consultoría realizado es de calidad y apropiado o no.
  • Procesos de trabajo consultor-cliente que no se desarrollan de la manera apropiada por diversas causas. Efecto: Proyectos fracasado, infravalorados, ineficaces

Estas son algunas de las razones principales para que el sector de la consultoría aunque en expansión como digo, no tenga la imagen que debería tener en mi opinión. Creo que toda empresa debería tener un servicio de consultoría con el que trabajar de forma habitual, y lo creo porque los consultores cuando hacen su trabajo bien, son los profesionales más rentables para una organización. Si es cierto que para lograr esa “rentabilidad” en el servicio de consultoría, esta se debería basar en estas premisas que comparto:

  • El consultor es una figura de importancia para la empresa por su conocimiento, experiencia, saber hacer y como elemento adaptador de todo esto a una organización concreta con una idiosincrasia determinada
  • El consultor ha de tener un papel activo en la empresa, ha de tener la responsabilidad de liderar los cambios para los que se le contrata. No creo como eficientes y eficaces a los consultores que solo dicen que se debería hacer, sino en los que se “remangan” y se ponen manos a la acción, en lo que hay que hacer
  • Los honorarios de los buenos consultores han de ser altos por el tipo de profesional que se contrata, por su valía, pero sobre todo por sus logros, y con todo ello insisto, sigue siendo el profesional más rentable de los que pueda contratar una empresa.
  • El consultor que aporte soluciones estándar no es buen consultor. El consultor muy especialista en una tarea y que desconoce el resto del universo de la empresa, no es un buen consultor. El consultor que solo da soluciones genéricas y que no sabe trasladar a la realidad de la empresa esas soluciones, no es un buen consultor. A este profesional, por poco que le cobre, la empresa le pierde el dinero
  • El consultor que no sabe relacionarse y adaptarse a diferentes maneras de trabajar, con diferentes empresas, no puede aportar mucho. Es caro, cobre lo que cobre
  • El consultor fachada, ese que solo es imagen y buenas palabras, será una pérdida de dinero para la empresa
  • La empresa ha de tener un sistema que sirva para evaluar el trabajo y las aportaciones del consultor, en el transcurso del trabajo del consultor y en los logros que obtengan.
  • En consultoría el gran valor está en lo que puede aportar el perfil del profesional o profesionales responsables del servicio, según esto, se puede saber el nivel de calidad que se puede esperar, el resto es accesorio y/o prescindible para un servicio de valor

Son muchas las empresas que tienen muy interiorizado el trabajo con consultores, que saben y aplican todo esto que os comento, pero existen muchas otras, sobre todo en las pymes (sector muy necesitado de estos profesionales) donde la consultoría no logra todo su potencial, quizás por todas las razones expuestas como “elementos nocivos” . La consultoría es un tipo de servicio que cuando se presta de manera profesional y solvente, engrandece a empresas, las hace crecer, mejorar su rendimiento, pero sobre todo las hace más competitivas, para ello, hay tener previsto y claro que hacer, para que la consultoría logre todos estos beneficios en las organizaciones.

@rafacera

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